Varios geólogos encontraron restos de árboles de hace 260 millones de años, es decir, son anteriores incluso a los dinosaurios.
Hallaron fragmentos de 13 ejemplares que formaban parte de un bosque que debió ser bastante distinto a los que existen en la actualidad.
Los árboles tenían que ser capaces de sobrevivir y florecer en una gran variedad de condiciones. Y es que, aunque durante ese periodo la Antártida era más húmeda y cálida que ahora, habrían tenido que soportar la oscuridad total durante los cuatro meses del invierno y la luz perpetua durante otros cuatro o cinco meses. La Antártida se parecía entonces a la actual Siberia. Grandes sistemas fluviales cruzan el continente y sabemos que también allí había grandes lagos. Es probable que hubiera nieve durante el invierno austral pero que se derritiera durante el verano.
1ºG Paula Diez de Pinos y Pablo Rubio